Oct
4

CRONICA DE UNA TRAGEDIA ANUNCIADA

Recientemente, en un lugar rural de Florida un señor asesinó a su hija, a seis nietos, todos ellos niños de corta edad, hijos de la primera, y posteriormente se suicidó. Aunque de gran magnitud, esta no es, ni mucho menos, la primera vez que sucede una tragedia de estas características, ni tampoco la primera vez que me refiero a ellas en mis blogs. Desearía lo contrario, pero, lamentablemente, tampoco será la última, ni mucho menos. Cuando suceden, la gente siempre se queda en estado de shock, perpleja de que algo así pueda suceder, vecinos, periodistas, y población en general. Es normal, pero inmediatamente en la mente se inicia un proceso investigador tratando de buscar una explicación. Y la explicación casi siempre existe. Tal vez no hay razones suficientes para nadie en su estado normal de cordura, pero sí para alguien que, por alguna circunstancia, tiene su mente trastornada temporal o permanentemente, especialmente si esa persona se ve afectada por dichas razones.

En el caso al que me refiero, después de unos días de investigaciones, salen a la luz detalles con los que empezar a construir una explicación. En principio, el señor había ya cumplido pena de cárcel años atrás por matar a un hijo propio en un hecho bastante confuso,y tenía otros numerosos antecedentes de violencia. Parecía ser un señor irritable, violento, y capaz de cualquier cosa en un arrebato de locura. Más detalles revelan que su hija, de veintiocho años, junto con los seis hijos de ésta, de entre diez años y pocos meses de edad, vivían todos en la casa del señor, que la hija no tenía ingreso estable ni ocupación definida, a parte de quedar embarazada de diferentes hombres casi año tras año, y que, después de seis alumbramientos, seguía en una vida de irresponsabilidad, alcohol y drogas, de la que sus hijos eran testigos permanentemente. Debido a todo ello, la fiscalía estaba investigando la situación y a punto de retirar la custodia de los pequeños para ser entregados a foster homes.

La irritabilidad y tendencia violenta del señor probablemente tendría orígenes bastante remotos, pero no me cabe duda de que la situación familiar de su hija y sus nietos la exacerbó sensiblemente. No me cabe duda de que hubo bastante violencia en ese hogar desde mucho tiempo atrás. Y no me cabe duda de que la insistente vida irresponsable de la mujer era una forma de escapar a la dura realidad de su situación familiar y de la violencia con que se manejaba, aun cuando las consecuencias de todo ello contribuyeran a hacer aún más dura la situación. Era, en definitiva, circulo vicioso, un cóctel explosivo que se retroalimentaba, y que en algún momento podía estallar, y la chispa que lo hizo estallar fue la inminente pérdida de la custodia de los seis pequeños.

Me llama la atención que la fiscalía, aun cuando actuara adecuadamente al querer retirar la custodia de los niños, no maneje las situaciones de una forma más integral, porque conociendo todos los antecedentes mencionados, y probablemente más que no han salido a la luz, no era tan difícil sospechar la posibilidad de que la situación terminara de esta manera, más cuando este tipo de tragedias no son tan fuera de lo común en Estados Unidos. Probablemente el señor sopesó los escenarios posibles para sus nietos: La situación actual era ya insoportable; los foster homes, salvo excepciones, tampoco suponen nada positiva para los niños; a veces al contrario, termina siendo peor el remedio que la enfermedad. La decision que tomó debió ser la que él consideró como mejor opción para terminar la triste historia. Este tipo de tragedias deben servir para algo más que para llevarnos las manos a la cabeza y luego olvidarnos hasta que llega la siguiente. En nuestras sociedades, este tipo de situaciones son demasiado comunes, y personas involucradas capaces de darles solución “de cualquier tipo”, tampoco faltan.

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