Las redes sociales son un puente hacia el mundo. Gracias a ellas compartimos momentos, nos informamos, opinamos, interactuamos, conocemos gente, nos divertimos… Se podrían enumerar muchas más ventajas, sin embargo nos vamos a detener en una de las desventajas: las plataformas de social media como Facebook, Twitter e Instagram son el vehículo ideal para acosar a alguien y descargar sobre esa persona mucha maldad, grosería, descaro y hasta falsedad.
Cualquiera puede crear una cuenta con un perfil falso y desde el anonimato, con suma facilidad, victimizar a alguien. Los niveles de acoso presentan un abanico bastante variado, desde el “stalking” (una persona persigue a otra de forma obsesiva) hasta el “bullying”. Otro tipo de hostigamiento es cuando alguien comparte fotos de otra persona que son privadas, en muchos casos íntimas, con el objeto de denigrar o desprestigiar a alguien.
Se trata de situaciones difíciles, y por tratarse de fenómenos relativamente nuevos muchos no saben cómo reaccionar. Además, no hay campañas suficientes que nos eduquen cómo actuar en estos casos. Es más, muchas veces el resto disfruta y acaba compartiendo esa información y en cierto modo contribuye, aunque involuntariamente, a que se vuelva viral. Pero si bien no son tan eficientes como deberían, cada una de las redes sociales tienen herramientas para detener este tipo de acoso.
Para empezar, uno puede bloquear la cuenta que nos está hostigando. Pero eso no es suficiente, con eso simplemente dejaremos de ver el mensaje, pero éste seguirá a la vista de todos. Por eso es fundamental denunciar este posteo desde la misma red social, y si es posible, conseguir que nuestro círculo íntimo también lo haga: a mayor cantidad de denuncias, más posibilidades de que actúen con celeridad.
Si la denuncia prospera, los administradores de Twitter o Facebook -por mencionar algunas-, suspenderán esa cuenta. Conseguir la verdadera identidad, sobre todo si se trata de un usuario que se esconde en el anonimato, será más complicado. También se puede hacer una denuncia ante las autoridades locales.
En los países más civilizados esto ocurre con bastante frecuencia, pero aún así es difícil. En los Estados Unidos, por ejemplo, donde las leyes difieren según cada estado, es complicado: tu abogado debe estar en el estado del acosador para poder llevar la causa. Claro, para eso debemos conocer la identidad de él, y ya vimos que no es tan fácil.
Normalmente el perfil de un acosador tiene ciertas características: son cobardes, miserables, con baja autoestima, inseguros y se escudan en una cuenta anónima para hacer daño o acosar. Por eso se recomienda no interactuar con gente extraña, no aceptar cualquier invitación de amistad y mucho menos compartir información privada que luego podría comprometernos.
En épocas como Navidad, evitemos un mal momento. Los acosadores no discriminan ni ponen pausa en las Fiestas, así que es cuestión de estar más atentos que nunca. Estos son momentos para disfrutar de la paz y el amor.