Un adolescente japonés de mató cruelmente a dos de sus compañeros de colegio, decapitando a uno de ellos y colgando la cabeza a la entrada de la escuela. Sus padres parecían perplejos; jamás se hubieran imaginado que su hijo sería protagonista de semejante suceso. Posteriormente admitieron que ya habían observado conductas anómalas, como extraer el mercurio de termómetros para envenenar gatos.
En un blog anterior ya hablaba sobre cómo manejar el comportamiento violento. Sin embargo, como en el caso expuesto anteriormente, ya es demasiado tarde, y en cualquier caso, el comportamiento violento puede prevenirse, detectarse desde edades tempranas y tratarse a tiempo. Como mencionaba entonces, es común la sorpresa de los padres, ante una conducta violenta muy grave, pero también es común que reconozcan que ya habían observado «ciertos síntomas», aunque nunca se imaginaron que podría llegar a esos extremos. Es frecuente que los padres y otros adultos que presencian este comportamiento en el niño muestren alguna preocupación, pero por lo general, «esperan que lo supere al crecer».
Hay gran preocupación por la incidencia del comportamiento violento entre adolescentes y jóvenes, e incluso entre niños. Este complejo asunto necesita ser cuidadosamente entendido por padres, maestros y adultos en general. Los niños pueden mostrar comportamiento violento aún desde la edad pre-escolar. El comportamiento violento de un niño, no importa su edad, debe tomarse en serio. No debe pasarse por alto pensando que «está pasando por una fase». De lo contrario, y aunque no necesariamente vayan degenerar en conductas extremadamente graves, tampoco se pueden descartar. En cualquier caso, las probabilidades de convertirse en un joven y adulto violento son altas, lo que ya es grave de por si.
Es importante por ello saber reconocer en forma temprana situaciones y conductas que nos deben poner en estado de alerta, como arrebatos explosivos de ira, ataques de furia o pataletas, irritabilidad extrema, impulsividad extrema, o falta de control de la frustración. Luego, el comportamiento violento en niños y adolescentes en sus primeras fases puede incluir una amplia gama de conductas, como agresión física, peleas, amenazas o intentos de herir a otros (inclusive pensamientos homicidas), uso de armas de fuego, crueldad hacía los animales, encender fuegos, destrucción intencional de la propiedad y vandalismo. Si se observa alguno de estos síntomas, no debe pasarlo por alto.
Muchas investigaciones han llegado a la conclusión de que hay una interacción compleja o una combinación de factores que lleva a un aumento en el riesgo de un comportamiento violento en niños y adolescentes. Estos factores incluyen comportamiento agresivo o violencia previa; ser víctima de un abuso físico y/o sexual; exposición a la violencia en el hogar y/o la comunidad; factores genéticos (hereditarios de la familia); exposición a la violencia en los medios de comunicación (televisión, cine, videos, videojuegos, etc.); uso de drogas y/o alcohol; presencia de armas de fuego en la casa; combinación de factores de estrés socioeconómico en la familia (pobreza, carencia de medios, privación severa); desestructuración o inestabilidad familiar (separación matrimonial, divorcio, padre/madre soltero, desempleo y falta de apoyo por parte de la familia); daño cerebral, congénito o debido a traumas craneanos; o, simplemente, aburrimiento vital (la violencia como pasatiempo).
muy interesante artìculo, se aprende mucho sobretodo en estos tiempos .gracias.
qu hacer al resoecto? teng un adolecnt demasiado violento!!!!!! auxilio!!!!!
Abigail, debe buscar ayuda profesional lo antes posible. Un profesional estudiará la situación y le hará las recomendaciones convenientes. Para eso están.