Jun
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ANSIEDAD PROCESO POSITIVO HACIA LO NEGATIVO

            Siempre se asocia la ansiedad a un estado negativo y no siempre es así. En general se trata de un mecanismo defensivo, una alarma que salta ante situaciones consideradas amenazantes. Como tal, es normal y ayuda al rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta. En cierto modo nos empuja a tomar las medidas convenientes, como huir, neutralizar, afrontar o atacar, según la circunstancia lo requiera.

            Richard Lazarus, célebre psicólogo estadounidense, definía a la ansiedad como “un fenómeno que se da en todas las personas y que, bajo condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio social, laboral, o académico. Tiene la importante función de movilizarnos frente a situaciones amenazantes”. En todo caso, el problema viene cuando nos obstaculiza algún deseo o emprendimiento que conlleve el factor riesgo. Esto es porque el ser humano desea lo que no tiene, y quiere conservar lo que tiene.

            Estos mecanismos ansiosos tienen dos componentes: físico y psíquico. Los físicos, aparecen ante un detonante, preparando el  cuerpo para la situación de defensa ante el mismo.

Proveniente del latín “anxietas”, la palabra ansiedad significa congoja o aflicción. Es un estado de malestar psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o desasosiego ante lo que se vivencia como una amenaza inminente y de causa indefinida.

            En caso que el detonante actúe demasiado a menudo, el organismo empieza a repetir el efecto ansiedad sin necesidad del estímulo de forma aparente. Puede aparecer ante pequeños detalles o anticipaciones a la causa matriz. Deja de ser adaptativo y empieza a reproducirse como una forma de tensión constante o stress. Precisamente cuando la tensión es constante pueden iniciarse cuadros de problemas relacionados con esta, ya sea a nivel psíquico y/o con manifestaciones físicas.

Ya hay una  especialidad médica propia de esta relación  y es  la medicina psicosomática. Obtener un diagnóstico apropiado puede ser complicado. Lo más evidente aparece en la parte física y por los tabúes de la enfermedad mental hace que quienes los padecen no les agrade que les expliquen que su sintomatología física esté derivada de un problema psíquico y les den referencia para un psicólogo y, peor aún, un psiquiatra. 

            En lo físico, algunos síntomas son: problemas de garganta, reacciones del hígado, reacciones cutáneas, actividad del bazo, sudor frío y enrojecimiento de mejillas. La medicina psicosomática es una referencia alternativa y que es bien aceptada. Sin embargo no existen muchos especialistas en este ramo y lo más común es, en el mejor de los casos, que se les envíe a un profesional con conocimientos de esta especialidad.

            Hay crisis de ansiedad que son permanentes y otras pasan por períodos, depende del sujeto y los componentes disparadores o causas de la ansiedad. Hay sujetos en los cuales permanece una ansiedad perenne, y algunos que las proyectan en algún objeto y/o animal, presentando un cuadro más dirigido a estos específicamente. La ansiedad no es algo que se adquiere, como una infección, aunque podría aumentarse si alguien de autoridad o que representa algo importante para nosotros la padece en el hogar o el entorno. 

            Hay crisis de ansiedad que son permanentes y otras por períodos. Depende del sujeto y los componentes disparadores o causas de la ansiedad. Hay sujetos en los cuales permanece una ansiedad perenne llegando a constituir  problemas del rango de los trastornos de ansiedad  y otros  que las proyecta en algún objeto y/o circunstancia específica, como las fobias.

            Ayudar a una persona con ansiedad no siempre es fácil. Los familiares y amigos de las personas que sufren problemas de ansiedad se encuentran ante una situación que, en muchas ocasiones, no saben cómo manejar y pueden llegar a sentirse frustrados o cansados. Al paciente se le debe tratar con manos de seda y también con firmeza, es decir no hacerle sentir como víctima o enfermo, pero a la vez proporcionarle amor y seguridad. Es fundamental participar en el afrontamiento de miedos e incertidumbres y también ayudar a cambiar de foco la atención puesta sobre las preocupaciones.

            Recientemente el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington (IHME) realizó un estudio que deja datos escalofriantes: El trastorno mental más común en los países de la Unión Europea es el trastorno de ansiedad, el que sufren 25 millones de personas (el 5,4% de la población). Este fenómeno se nota, además, en edades cada vez más tempranas. En síntesis, una alarma que suena cada vez más fuerte, aunque muchos no quieran escucharla.

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