Muchos factores pueden contribuir al desarrollo de los trastornos de conducta en el niño o en el adolescente, incluyendo el daño cerebral, el haber sufrido abuso, los defectos del desarrollo físico, el fracaso escolar, las experiencias negativas con la familia y con la sociedad, etc. Excepto en el caso del daño cerebral, las demás causas son externas, incluso los defectos del desarrollo físico, puesto que no son los defectos en sí mismos los que causan el trastorno de conducta, sino la burla, el rechazo y la marginación que manifiestan los demás ante tales defectos.
Cualquiera de estas causas externas provoca en la persona una muy baja autoestima y una profunda herida ante la cual reacciona negativamente en contra de aquello que le hiere, es decir, desde el entorno familiar hasta el entorno social más amplio, reacción negativa que se expresa con la mala conducta. Ello, a su vez, causa una reacción negativa en los demás, que por ello le rechazan y marginan más aún, lo que hace que se comporte aún peor, creándose un círculo vicioso muy difícil de romper sin la ayuda pertinente.
El tratamiento de los niños con trastorno de conducta no es fácil, ya que las causas del problema son variadas y complejas, y también porque cada niño es único. Existen diferentes alternativas para el tratamiento, dependiendo de la severidad del trastorno. Además del reto del tratamiento, muchas veces se pone también en contra la falta de cooperación del niño y del medio, y la falta de confianza de los adultos. Para poder diseñar un plan integral de tratamiento, el especialista necesita utilizar la información de otros especialistas médicos del niño, la familia y los maestros para entender bien las causas del trastorno.
La terapia del comportamiento y la psicoterapia son usualmente necesarios para ayudar al niño a expresar y a controlar su rabia. La educación remedial puede ser necesaria para los jóvenes con problemas de aprendizaje. Los padres y, frecuentemente también los maestros, necesitan asistencia de los especialistas para aprender a manejar la situación y para diseñar y llevar a cabo programas educativos en la casa y en la escuela. El tratamiento, en función de cuáles sean las causas también puede incluir medicamentos.
El tratamiento suele ser prolongado, ya que toma mucho tiempo establecer nuevas actitudes y patrones de conducta. Sin embargo el tratamiento ofrece una oportunidad para una considerable mejoría en el presente y una esperanza de éxito en el futuro.