Jul
22

CORTAR POR LO SANO

El blog anterior sobre la lectura de la biblia en las escuelas era crítico, pero tampoco es del todo correcto ser simplemente crítico sin aportar nada más que crítica. Bueno, yo en mi blog estoy tratando, desde hace medio año, aportar todo lo contrario; trato de crear conciencia sobre la importancia de la familia para construir una sociedad mejor, a través de la adecuada formación de los hijos. De hecho, llevo haciéndolo muchos años y tratando de hacer oír mi voz de muchas maneras. Ha habido algunos medios de comunicación que me han dado la oportunidad de expresarme, y a los cuales debo agradecer; otros no, porque «ya aparecía en la competencia», o porque mi mensaje «no era muy comercial», o simplemente por bloqueo. Lo que es cierto es que desde la administración del estado nunca he sido escuchada, pese a que no he parado de intentarlo.
Creo honestamente que si desde los años noventa, tras el final de nuestra triste guerra, la administración se hubiera interesado por el tema y hubiera puesto manos a la obra, la situación actual de la violencia social no sería tan grave. Muchos dicen «¿Y cómo podía saberse que íbamos a terminar en esto?». La situación que vivimos no es más que la consecuencia de no haber hecho absolutamente nada desde hace años, cuando la situación ya se veía venir. Y no creo que para ello se necesitara ser profesional en la materia o tener una bola de cristal. Bueno, ¿Y ahora qué? ¿Cómo salimos de ésta? Parece que ahora, tanto para profesionales de la salud mental, como para líderes espirituales y religiosos, es nuestro turno para aportar la solución instantánea al problema, para sacar nuestra varita mágica y tocar con ella a todos los malhechores para que se vuelvan buenos.
No, discúlpenme; pero eso no funciona así. La formación de una persona, tanto para bien como para mal, requiere de años, y se gesta en la niñez y la adolescencia. Después de eso, la corrección no es fácil, tanto más difícil cuanto mayor es la persona, requiere también de bastante tiempo y esfuerzo, y puede hacerse individualmente o en grupos reducidos. Pero tratar de enderezar todo lo que está torcido en nuestra sociedad, que es muchísimo, está completamente fuera del alcance del estado. Es simplemente impensable. Es como una bola de nieve que se ha dejado rodar por mucho tiempo. Se ha hecho tan grande y ha alcanzado tal velocidad, que ahora es imparable. No se puede esperar deshacerla sin destruirla.
Entonces, ¿No hay una solución de «varita mágica»?. Recientemente se me invitaba a un programa de televisión como especialista en salud mental para abordar el problema. No sé si hubo cierta decepción al no aportar yo soluciones profesionales «mágicas» para la crisis actual, e inclinarme por medidas más drásticas, pero esto es como la salud de nuestro organismo. Lo ideal es cuidar nuestra salud. Si no lo hacemos aparecen síntomas de enfermedad, y si seguimos sin prestarle atención, la enfermedad puede hacerse tan grave que nuestra vida corre peligro y entonces nos preocupamos mucho, y desearíamos que existiera una pildorita mágica para curarnos, pero, lamentablemente, hay que extirpar o amputar alguna parte del organismo para salvar el resto. De ahí viene ese dicho tan común de «cortar por lo sano».
Si tuviera una mente más comercial trataría de vender mi conocimiento y experiencia para ofrecer una solución mágica para mañana mismo, aun sabiendo que es imposible, pero como no la tengo, sólo puedo ofrecer soluciones seguras para que el futuro sea mejor que el presente.

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