Muchos de los problemas que manifiestan las personas como adultas se han estado incubando desde la misma niñez y adolescencia, y tienen estrecha relación con el trato recibido y el modelo educativo aplicado por sus padres o educadores. Pero aún hay más; estas circunstancias influyen sensiblemente no sólo en la salud mental de los adultos, sino también en el trato y criterios educativos que a su vez ellos aplican con sus propios hijos.
Aunque no es determinante, pues influyen también múltiples factores socioculturales, es bastante común que aquellas personas que vivieron un trato y un modelo educativo adecuados en su niñez y adolescencia, suelen tener unos criterios educativos, con sus propios hijos, más sólidos, racionales, objetivos y adaptables a la dinámica sociocultural de cada época; y los aplican con mayor seguridad; pareciera que tienen una mayor intuición educativa.
Por el contrario, y aunque tampoco es determinante, es bastante frecuente que aquellas personas que recibieron algún tipo de maltrato en su niñez o adolescencia, o vivieron modelos educativos extremos (demasiado permisivos o demasiado restrictivos), tengan alguna distorsión en sus criterios educativos para con sus hijos, siendo común observar dos tipos de criterios radicalmente opuestos: los que repiten idénticos patrones a los aplicados por sus padres, y los que, en vista del error de sus padres, aplican criterios completamente opuestos, buscando el otro extremo. Las personas que se encuentran en estos casos suelen necesitar cierta orientación familiar.
En el primer caso se pone de manifiesto cierto conformismo, resignación y superficialidad, que limita la posibilidad de asimilar otros criterios, y se repiten los ya conocidos independientemente de que sean adecuados o no, simplemente porque son los conocidos, como entendiendo que para bien o para mal la vida es así porque así se vivió y así se aprendió.
En el segundo caso se pone de manifiesto una inconformidad con la experiencia negativa vivida, y también planteamientos un poco más profundos sobre los modelos educativos; lo suficientemente profundos para comprender que en ciertos aspectos la vida no es como es, sino como la hacemos nosotros, y que los errores no son errores de la vida, sino de las personas; pero no tan profundos como para entender que el acierto no tiene por qué estar en el lado opuesto del error, sino que en el lado opuesto hay también error. Es particularmente común el caso de personas que en su niñez sufrieron algún maltrato o educación muy restrictiva, y que, inconformes con ello, aplican modelos excesivamente permisivos y consentidores, tratando de compensar el daño recibido, sin darse cuenta de que con ello están haciendo otro tipo de daño; no solo a los hijos, sino al medio social en que se desenvuelven.
tenga muy buenos dias estimada Licenciada Mendoza , sabe me da tanta satisfacción poder leer sus artículos sobre como aprender a educarnos cada dia no sólo con los consejos para los que son padres sino para las personas que como yo tratamos de seguir los buenos consejos .
me gustaria que en algun momento publicara un articulo acerca del mal hábito que tienen muchas madres latinas ( y no ) de dormir con sus hijos/as y las consecuencias que esta actitud tiene.
agradeciendole mucho .
Buenos dias Licda. Mendoza, me da mucho gusto leer todos sus artículos sobre como aprender a educar a nuestros hijos. no se imagina cuanto me han ayudado sus consejos…
me gustaria que escribiera sobre como ayudar a los hijos que viven solo con mama y que su padre tiene un nuevo hogar…y que la visita de su padre no es contante…por que haveces uno de madre no sabe q hacer cuando sus hijos se sienten sin el afecto y la presencia de su padre………es muy dificil manejar situaciones como estas maximo en niños de 8 y 9 años de edad… gracias
Efectivamente, Maira. Es una situación bastante común, y no es la ideal para los hijos. Escribiré también sobre ello, aunque para mientras, quiza le pueda ser de utilidad lo publicado el 22 de Abril sobre cómo explicar a los hijos el divorcio.
Me parecen acertados comentarios, en lo particular me interesaría la orientación para manejar conductas de jóvenes y adolescentes que por lo general tienen aversión a todo lo que represente autoridad, ya que ven en peligro sus libertades.
Soy educador(docente) a nivel de bach. y a diario me enfrento a situaciones donde la razón debe generar la comprensión del porque se implementan la disciplina a veces esta se flexibiliza. gracias por leer estas lineas.
Sr. Carlos Coreas, usted está frente a una de las situaciones más complicadas en la educación. La adolescencia es, ya de por sí, la etapa más complicada porque los jovenes inician sus primeros ensayos con su supuesta «madurez, independencia y autonomía» rebelándose precisamente contra los modelos de autoridad en los que ellos sienten que se les limita eso. A ello se une que en los tiempos modernos, y por razones aun no suficientemente estudiadas, los niños llegan a esa edad con un menor respeto que antes por las normas, los límites y todo lo que tenga que ver con autoridad. Es obvio también que los padres actuales son más permisivos que los de antes a la hora de establecer límites, y los niños, desde muy pequeños, crecen ajenos a los mismos, por lo que tener que respetarlos en la adolescencia precisamente, resulta complicado, y requiere de bastante imaginación para tener éxito. Si ellos ven una distancia entre el educador y ellos, sentirán rechazo a la autoridad del educador. Mi recomendación es que trate de ejercer la autoridad desde dentro de su propia mentalidad, como «infiltrandose» entre ellos, como haciéndose uno más de ellos. Ya desde esa posición, hacer que su sabiduría y sus razonamientos de educador y de adulto afloren, pero nunca de una forma impuesta porque crearía rechazo, sino tratando de integrarlas y armonizarlas con sus propias conversaciones e intereses. A fin de cuentas la autoridad no es poder, sino razón, conocimiento. Pero tiene que emanar de una forma natural, sin imposiciones, y ellos sabrán reconocerlo, porque, a fin de cuentas, ellos, como personas que empiezan en algo sin ninguna experiencia, son muy inseguros, y buscan constantemente referencias. La idea es que usted sea como un líder para ellos, pero solo podrá serlo si es usted el que baja al nivel de ellos; no pretenda que ellos suban al suyo así, de repente.