Nov
23

EDUCACION EN TIEMPOS MODERNOS

Ser padres siempre es un reto, pero ese desafío cada vez es más difícil según pasan las generaciones, ya que las responsabilidades aumentan. Antes todo era más simp; sin embargo, ahora se nos ha ido de las manos la maternidad y la paternidad.

Esto ya se veía desde los consejos del Dr. Benjamin Spock, aquel pediatra estadounidense que opinaba que a los hijos “no había que pegarles ni con el petalo de una rosa”, como lo inmortalizó en su más célebre publicación, El libro del sentido común del cuidado de bebés y niños, publicado en 1946.

Además, los roles de padre y madre ya pueden ser intercambiables, más desde que muchos trabajos han pasado a realizarse de forma virtual. También hay que sumar que ahora ambos padres desean compartir tanto la crianza o educación como la parte económica de un hogar. En ese sentido, los papás aportan gran cantidad de la parte emocional que antes era ejercido casi totalmente por las madres.

Todo esto, y más desde la irrupción de la pandemia, nos ha movido el piso y nos ha obligado a replantearnos algunas fórmulas que creíamos fijas. Quedamos desubicados, pues ya no son adecuados los aspectos aprendidos por los ejemplos de nuestros progenitores, y no tenemos muy claro cuáles son las formas actuales de ejercer la paternidad.

Probablemente no hayan cambiado las prioridades, pero sí se han incrementado las responsabilidades de los padres. Mientras que antes era suficiente con alimentarlos y educarlos, ahora la lista de obligaciones incluye enseñarles inteligencia emocional, alimentación sana y otros aspectos que antes no contaban.

El éxito en esa educación más sofisticada que nos imponen los nuevos tiempos dependerá, como siempre, de los mismos padres. Y la clave será el ejemplo que demos: nada de lo que intentemos transmitir permeará en nuestros hijos si no lo ven reflejados en nuestros actos. También, por supuesto, puede ser importante recurrir a profesionales. La imagen de alguien más adecuado o maduro ante un niño o adolescente como un experto en determinada materia puede ser muy útil.

Definitivamente hay nuevos lineamientos, con elementos tan “modernos” como comunicacion y democracia a la hora de poner reglas y disciplina, lo mismo que utilizar el consenso en el uso de los castigos y sanciones.

En medio de este nuevo desafío para los padres, la tecnología tiene mucho para decir con sus  aspectos  positivos y negativos. Por un lado, debemos limitarla en nuestros hijos para no generar dependencia, tarea nada fácil ya que ellos conocen más y mejores formas de lidiar con nuestras reglas, y la mayoria de veces sin que nos enteremos. Se estima que 95% de los niños de 10 años han accedido a internet en alguna ocasión sin ningún control por parte de un adulto.

Por otro lado, la tecnología, si se le da un buen uso, hace que nuestros hijos sean más independientes al buscar acceso a la realidad o a temas que no se atreven a preguntar. Sin embargo, aún así, como padres tenemos que ser reguladores del tipo de información que consumen y separar la falsa de la verdadera, mucho más en estos tiempos de “fake news”.

Más que nunca, el desafío de los padres modernos no es nada sencillo. Algo es seguro: cada generación llega más formada a la paternidad. Pero a veces ni siquiera eso es suficiente para garantizarnos ser buenos padres.

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