El rol del padre en las edades tempranas de los hijos desempeña un papel fundamental en el desarrollo integral de los niños. Aunque tradicionalmente la crianza ha sido percibida como una responsabilidad principalmente materna, investigaciones y estudios contemporáneos han demostrado que la participación activa del padre es clave: debe proteger, alimentar y ayudar a cuidar al recién nacido y a la madre.
Es importante abordar este tema con sensibilidad y comprensión. La responsabilidad parental es fundamental para el bienestar de los niños y las familias. Aunque ha habido avances significativos en la corresponsabilidad y el compromiso paterno, aún persisten desafíos importantes.
En muchas sociedades, especialmente en aquellas con estructuras más tradicionales y machistas, existe un patrón histórico de deserción paterna. El hombre muchas veces solamente embaraza a la mujer y la abandona. Eso provoca abandono emocional y económico de la madre durante el embarazo, lo que genera una carga adicional de estrés y responsabilidad para ella.
Algo es indudable: la llegada de un hijo incrementa los conflictos no resueltos en la pareja en la mayoría de los casos. Existe menos tiempo para la pareja como tal y deberá generarse un rol de cuidadores, educadores y protectores de un nuevo ser que forma parte de esta nueva pareja de tres: es decir, la nueva familia.
En los primeros meses, el agotamiento físico y emocional puede hacer que ambos sean más propensos a discutir. La pareja duerme mal y eso se siente. Uno de los dos, generalmente la madre, puede sentir que está cargando con más responsabilidades relacionadas con el bebé que su cónyuge y eso genera tensiones.
La implicación de los padres también promueve una mayor equidad en los roles dentro del hogar. Cuando los padres participan activamente en el cuidado diario, como el baño, la alimentación y el juego, se reduce la carga sobre las madres y se genera un ambiente familiar más colaborativo y armonioso. Sin embargo, no es tan frecuente ver eso. Los roles generalmente se asignan por la anatomía y fisiología del hombre y la mujer, pero aparte de la lactancia, nada impediría que el hombre se involucre mas en todo este proceso.
Un estudio innovador realizado por investigadores del King’s College de Londres ha arrojado luz sobre la importancia de la participación paterna en los primeros años de vida infantil. La investigación, centrada en el desarrollo de niños durante sus primeros dos años, reveló hallazgos significativos sobre el impacto de la presencia activa del padre: los niños con padres altamente involucrados en su crianza mostraron un desarrollo cognitivo más robusto y prometedor.
Los expertos del estudio argumentan que esta mejora no es casual, sino resultado de múltiples factores. Los padres, más allá de su rol tradicional, se constituyen como una fuente fundamental de estimulación temprana. Además, los vínculos establecidos en la infancia se traducen en relaciones más sólidas y significativas durante la adolescencia y la adultez.