Jul
26

EL SUICIDIO EN LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es la fase en que el niño empieza a aprender a ser adulto, tomando, por tanto, conciencia de la realidad de los adultos, y empieza a asumir el rol que tendrá que desempeñar en el futuro. A la vez, su nula experiencia en este sentido le llena de inseguridad y temor a no ser capaz de integrarse adecuadamente en su rol, más cuando el éxito es un valor social cada vez más fuerte hoy día. Por ello, es normal que experimenten fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas de si mismos, incertidumbre financiera, presión para lograr éxito,  y otros temores mientras van creciendo.

La situación puede complicarse aún más con otras circunstancias en su entorno inmediato. Situaciones como el divorcio de los padres, la formación de una nueva familia, el cambio de colegio, o de ciudad o colonia, una ruptura amorosa, etc. pueden perturbarlos e intensificar las dudas acerca de sí mismos. Para algunos, el suicidio aparenta ser una solución a sus problemas y al estrés.

La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que saber reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones. Cuando hay duda en los padres de que el adolescente pueda tener un problema serio, debe buscarse asesoría. Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión. Los padres deben estar conscientes de las siguientes señales que hacen sospechar que el adolescente podría estar contemplando el suicidio. Probablemente no pase de una depresión, pero la alerta siempre debe existir, porque el suicidio muchas veces no avisa con alarmas especiales.

  • cambios en los hábitos de dormir y de comer
  • retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales
  • actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa
  • uso de drogas o de bebidas alcohólicas
  • abandono fuera de lo común en su apariencia personal
  • cambios pronunciados en su personalidad
  • aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar
  • quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven
  • pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones
  • poca tolerancia de los elogios o los premios
  • sensación de ser una persona mala o de sentirse abominable
  • lanzar indirectas como: no les seguiré siendo un problema, nada me importa, para qué molestarse o no te veré otra vez
  • poner en orden sus asuntos, por ejemplo: regalar sus posesiones favoritas, limpiar su cuarto, botar papeles o cosas importantes, etc.
  • ponerse muy contento después de un período de depresión
  • tener síntomas de psicosis (alucinaciones o pensamientos extraños).

Cuando un niño o adolescente habla de querer suicidarse, debe tomarse en serio y buscar ayuda. Y en cualquier caso, si se observan los síntomas anteriores puede ser muy útil preguntarle al joven directamente si está deprimido o pensando en el suicidio.

Una respuesta afirmativa requerirá de una atención inmediata; una respuesta negativa simple, como sin querer hablar del tema también es sospechosa. Una respuesta negativa más explícita e inequívoca es más tranquilizadora, lo cual no significa que no haya que prestar atención a los síntomas. El preguntarle franca y directamente sobre este tema no va a descubrir ideas que él no pueda haberse planteado ya; por el contrario, le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.

2 thoughts on “EL SUICIDIO EN LA ADOLESCENCIA

  1. La depresión es algo que debe tomarse muy en serio.
    Muchas personas confunden la tristeza con la depresión y por eso no comprenden la gravedad del problema.
    Para los que nunca han sufrido de depresión puedan comprender es algo como que:

    a. No hubieran colores.
    b. No hubieran sabores
    c. Y cada vez que se respiera duele.

    Es un mundo en tinieblas….
    Algo que ha ayudado a muchas personas con cuadros como esos son los masajes pues se ha comprobado por la universidad de Miami que el contacto físico libera hormonas como la endorfina (la hormona de la felicidad) y elimina otras sustancias como el cortisol la hormona del estrés.

    Así que si estás sufriendo de depresión o tienes a un familiar con el problema, llevalo a una terapia de masajes, talvez no corrija el problema del todo, pero lo ayudará muchísimo.

    Saludos desde Costa Rica.

  2. Otro metodo que conozco personalmente es la terapia canina.Es increible lo lindo y querido que te pueden hacer sentir los animales lol.

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