Los salvadoreños decimos “fíjese que…”; cada cultura tiene su forma de presentar la excusa. Pero mientras que en algunas de ellas las excusas suelen ser reales y no tan frecuentes, en otras, como en la latina, llegan a constituirse en un aspecto característico de sí misma.
¿Y por qué se ponen excusas?; pues, fundamentalmente, por la falta de capacidad para cumplir los compromisos, o bien, por la falta de voluntad de adquirirlos, que a su vez suele ser motivada, normalmente, por la primera de las razones.
Esa incapacidad para cumplir los compromisos muchas veces no es real, sin embargo, intervienen una serie de factores culturales, como la impuntualidad, la falta de previsión, la dificultad organizativa, y el atenimiento; que hacen que el compromiso casi siempre termine cumpliendose en tiempo y en modo diferentes a los previstos.
Hay cierta voluntad, pero no se ponen los medios para que las cosas salgan bien.
Otras veces, sin embargo, esa incapacidad sí es real, pero la falta de perspectiva hace que alegremente asumamos un compromiso sin analizar nuestras posibilidades de cumplirlo.
Si a ello sumamos los componentes culturales apuntados anteriormente, inevitablemente habrá que recurrir a lo que vulgarmente conocemos como “pajas”.
Claro, que muchas veces nos vemos obligados a asumir compromisos sin desearlo, debido a que nuestra cultura no acepta el decir claramente un NO; y aunque solemos utilizar la excusa para evitar la negación, nuestra cultura también sabe reconocer cualquier excusa como una negación implícita.
Y si aún el compromiso deseado no tan fácilmente lo cumplimos en los términos establecidos, es más que probable que el compromiso no deseado terminará en una “poderosa excusa” que lo evite.
Excelente tema.. esta es una de las razones por las que me arrepiento ser salvadoreno y cuesta de verdad luchar contra la cultura de llegar tarde, dejar para despues las cosas y las excusas….. interesante tema gracias!