Feb
17

FELIZ CUMPLEAÑOS

Esta semana pasada ha sido de una alta concentración de cumpleaños familiares, ¡cinco en siete días!, empezando por el mío. Y sin embargo, estaba olvidando que recientemente, a finales de Enero, se estaba cumpliendo el primer año de la publicación de este blog dedicado, fundamentalmente, a la familia, aunque el titular diga «Blog de Psicología», así en general. Mi compromiso fue de estar cada semana con ustedes, y me siento contenta de haberlo cumplido a cabalidad; ni una sola falta. Solo un pequeño cambio trasladandolo de los miércoles inicialmente propuestos a los viernes generalmente, porque se adapta mejor a mi horario.

Por ello, es momento de agradecer a los lectores su interés, y a La Prensa Gráfica su confianza y la oportunidad de seguir teniendo esta ventana abierta. También quiero agradecer todos, absolutamente todos los comentarios recibidos, tanto aquellos que expresan sus circunstancias personales, como a los que expresan su agradecimiento por este blog dedicado a algo tan importante como la familia, como también aquellos que han sido críticos, que, aunque pocos, también los ha habido.

He publicado casi todos los comentarios, siempre que los críticos lo hayan sido en términos aceptables. Me he visto obligada a eliminar alguno escrito en términos insultantes, por razones obvias. También he dejado de publicar alguno que solicitaba «consejo sentimental», por no ser ese el objetivo de este blog. Y tengo noticia de que ha habido algunos otros que no han sido publicados simplemente porque no han llegado hasta mi, por alguna razón técnica que desconozco.

Ha habido algún comentario que me ha pedido que hable de mis hijos y dé mi testimonio para poder creerme. Yo no pretendo dictar credos. Cada quien es muy libre de creerme o no, o de aplicar como mejor le parezca lo que escribo. Simplemente, creo que a lo largo de mis años de estudio, de ejercicio de mi profesión, y de experiencia familiar, he aprendido algunas cosas que me parece útil compartir con todos. A parte de que pienso también que bastantes de ellas tienen más de sentido común que de ciencia, pero a veces no les prestamos atención hasta que alguien enciende «el foquito».

Y por supuesto que trato de aplicar todo ello con mis propios hijos más del 90% de las veces. ¿Y por qué no el 100% completo? Pues sencillamente porque también soy humana, y no consigo ser perfecta por más que lo intente. Pero no se decepcionen, al contrario, ello indica que no hay que ser perfecto para obtener excelentes resultados; tampoco hay que ser profesional; solo tener un poquito de visión, de conciencia, de interés, buena voluntad y sentido común, y quizá aprender alguna que otra cosita, como muy bien expresa Gladys en un comentario al tema de los cinchazos, en el que expone su experiencia personal.

Y no suelo hablar de mis hijos en este blog porque mi familia es algo personal. La educación y la superación no es una competencia con los demás, sino con uno mismo. Cada familia tiene sus propias circunstancias y debe actuar de acuerdo a ellas, y mis hijos no necesariamente tienen que ser modelo para otros. Solo puedo decir, al igual que da a entender Gladys en su comentario, que los logros que se obtienen van incluso más allá que las expectativas que tenía al principio, y que el orgullo, satisfacción y tranquilidad que se sienten son inmensos.

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