En países como El Salvador, la educación sexual es un tema tabú. Hay una indudable resistencia a implementarla entre los jóvenes en las instituciones educativas y casi siempre ocurre lo mismo a nivel familiar. Muchos creen, erróneamente, que eso implica “abrirle los ojos” antes de tiempo, sobre todo en el caso de las niñas. No se dan cuenta que se nace como ser sexuado. Se hable o no del mismo, los niños de ambos sexos sentirán algo cuando llegue el despertar hormonal.
Y si usted no les ha hablado del mismo, otros les abrirán los los ojos igualmente, y no de la forma que usted quisiera; y también los sentidos a cosas peores, aprovechándose de esa desinformación originada en casa. Será, sin duda, algo mucho peor: feo, sucio, doloroso y vergonzoso. Así lo hacen incluso con niños pequeños los depredadores sexuales o cualquiera que desee aprovecharse de ellos. Su ignorancia y la falta de confianza en los padres se encargará del resto.
Los riesgos de no hacerlo pueden ser enormes. Para empezar, como ya se dijo, se enterarán de todos modos, pero generalmente sin amor ni compromiso… Su desconocimiento, aunque sea parcial, podría llevar a un embarazo no deseado u otros episodios dolorosos como abusos sexuales, por no mencionar infecciones o enfermedades como el HIV.
Conviene ser directos, y para esto no hay edad, sino aprovechando cualquier otro
momento como bañarles, vestirles, etc. Pero algo es seguro, deben tener claro lo que deben transmitir: que nadie debe tocarles sus partes íntimas y si se siente algo raro, si alguien los toca o mira deben decir no y hablar con los padres inmediatamante.
Una de las razones por las cuales los depredadores sexuales abusan de nuestros hijos es el desconocimiento. Si bien ningún país está exento de que ocurra algo, en lugares como El Salvador, con una tradición tan machista, los jóvenes están más expuestos, sobre todo las mujeres. Aquí se habla de «agarrar mujeres”, quitar virginidades, y tener cuantas más, mejor. A los varones y a las niñas no se les habla de nada, todo es secreto y deben llegar vírgenes al matrimonio, aunque la desinformación de algunos es tal que ni siquiera entienden. O, como decía mi abuela, «no debo comer cebolla, porque me voy a hacer mujer». Yo pensaba: ¿Qué querrá decir? ¿Que voy a ser igual de bonita que mi mama?
Teniendo en cuenta la pasividad de los padres, el rol protagónico lo deberían tomar los Ministerios de Educación y Salud. El primero, creando desde pequeños una asignatura para que rechacen los abusos y educando sexualmente; y en el caso del segundo, proporcionando los métodos adecuados para evitar embarazos no deseados, e implicando como responsables tanto a ellos como a ellas. ¿Cuántas mujeres están presas por abortos provocados o no? Y los autores, en cambio, libres y sembrando más niños no deseados. Hay un dato alarmante: solamente en el año 2017 hubo 19,190 adolescentes y niñas embarazadas en El Salvador; de ese total 781 casos corresponden a niñas de 10 a 14 años.
Queda claro que la educación sexual es necesaria. Internet puede ser un buen aliado a la hora de consultar artículos, pero siempre y cuando el joven tenga asesoria parental. En todo caso somos los padres quienes debemos concientizarles .hablando claro y acorde a la edad de los niños, aprovechando alguna noticia o alguna circunstancia cotidiana; y dar informacion de acuerdo a lo que el niño va preguntando. De otro modo, solo servirá para ver pornografía.
Eso sí, hay que decir que cada vez vemos más jóvenes conscientes, educados y que defienden a sus parejas. En otras épocas no tan lejanas -y aun ahora, aunque en menor medida- se tenían relaciones hasta con la servidumbre mientras se aguantaban con las novias de sociedad o rompiendo con ellas cuando ya habían tenido relaciones y más si ellas salían embaradas. Pensemos que en cada mujer hay una madre y que dariamos la vida por ella. Respetemos a todas.