Aun siendo un asunto ya tocado en el blog del 6 de Noviembre pasado, quisiera profundizar un poco más en el tema del castigo, porque siempre he visto, y sigo viendo en los comentarios, que genera confusión, ambivalencia entre lo que manda la cultura o la costumbre, y lo que manda la psicología; contradicción entre lo que dicta un arrebato de cólera y frustración, y lo que dice el sentido común en estado de tranquilidad. Particularmente me preocupa que el «método del cincho» sigue arraigado en nuestra cultura. Y lo cierto es que ya no son tantos como eran en generaciones anteriores los que defienden dicho método. La mayoría ya comprende que es inadecuado, pero en muchos casos, lo sigue aplicando. ¿Por qué?
Hay dos explicaciones que se conjugan. Una es la tendencia del ser humano, particularmente los latinos, a descargar violentamente los arrebatos de cólera y frustración; violencia que reprimimos a nivel social (y no siempre), y que descargamos donde podemos y con quien podemos, es decir, en el hogar, por ser privado, y con los hijos (a veces la esposa también), que son más débiles. La otra explicación es la falta de preparación para saber manejar los conflictos con los hijos. De hecho, muchos comprenden que el cinchazo es inadecuado, pero al mismo tiempo se preguntan Entonces… ¿Cómo?
A un lector le contestaba que, definitivamente, el castigo con cincho en ningún caso debe aplicarse. Siempre preguntémonos ¿estamos tratando de enseñarles algo a los hijos, o nos estamos vengando por el enojo debido a algo que hayan hecho? Pongámonos en su lugar. ¿Aprenderíamos algo a cinchazos? Definitivamente no; únicamente a tener temor, pero es completamente equivocado pensar que infundiendo temor se está educando. Educar es ENSEÑAR. Si a usted tienen que corregirle algo en su trabajo, ¿cómo prefiere que lo hagan? ¿Explicándole el problema de buena manera, la forma de corregirlo y motivándole a un cambio de actitud; o apuntándole con una pistola o de cualquier otra forma intimidatoria o violenta? ¿Cómo reaccionaría usted en uno y otro caso?
El gran error que suele cometerse con los hijos es que no se habla con ellos y no se les explica el problema de su comportamiento; simplemente se recurre al castigo directamente, que, al no ser efectivo, va aumentando en dureza. Y al ser, además, muy frecuente y repetitivo, se vuelve rito, costumbre, y no sirve de nada. Lo ideal es tratar de que el hijo sienta un poco de vergüenza por su comportamiento, y a la vez la oportunidad de corregirlo por si mismo, pero eso no se consigue con castigos, gritos ni humillaciones; todo lo contrario.
Explicándole el problema suave y tranquilamente, con un lenguaje simple al nivel que él o ella pueda entender, y dejando claro que solo se le está tratando de enseñar, pero que se le sigue queriendo igual, suele ser lo más efectivo, sobre todo si cuando percibimos que está entendiendo, le damos un abrazo y un beso, y «aquí no ha pasado nada». Es cierto que pese a ello algunas veces se ponen tercos y no quieren entender. Entonces tiene sentido el castigo moderado, y no físico.
Sólo excepcionalmente, en caso extremo, tiene sentido una acción física moderada, como una nalgada, o un agarrón del brazo, si con ello creamos un impacto en el hijo para cortar una situación que de otro modo se nos escapa de las manos. Pero cuando este tipo de acciones se vuelven frecuentes, ya no impactan, pierden todo su sentido, y significa que algo ha fallado en los pasos previos. El cinchazo es una acción física demasiado agresiva que nunca debe utilizarse.
Estoy al 100% de acuerdo, ni golpes que marquen, ni palabras que hieran, hablando nos entendemos y si se les dice a los niños las razones del enojo, ellos comprenden y si se les habla con el ejemplo mejor, pero en nuestra cultura, especialmenet en cierto nivel educativo, esos cinchazos siguen dandose y dañando a los ninños y niñas y que si hablamos de los jalones de pelo y aruñadas, es horrible lo que viven nuestros niños en sus casas, y los signos se perciben en la escuela, hay que divulgar sus articulos, la felicito.
Gracias, Sabina. Trato de poner mi granito de arena. Lamentablemente muchas cosas tendrían que cambiar para que este tipo de prácticas se erradiquen o reduzcan al mínimo. Pero si al menos consigo hacer reflexionar sobre ello, y que al menos algún que otro padre o madre modifique sus métodos, algo importante he conseguido.
Dra. Margarita: En alguna ocasión, fuí castigada porque era la costumbre, la cultura, y sobre todo, la manera de disciplinar, pero que me acuerde , de esa manera, no se aprende nada, pero si, se siente cólera, resentimiento y los padres llegan a entender, que esa no es la manera correcta y cambian la manera de Educar. Cuando tuve a mi hijo, no quise cometer, esos mismos patrones de educar, y asistí a clases o conferencia de padres, en las escuelas, bibliotecas, hay Charlas, Seminarios, Cursos, de como Criar, Educar, Corregir a los hijos ( Note que no dije Castigar a los hijos) Son Gratis, solo se tiene que Invertir unas horas de tiempo en el mes, por supuesto que hay que practicar lo que se aprende y los frutos son Hij@s Excelentes, Excelentes Personas, Excelentes Estudiantes. Mi hijo tiene casi 18 años y la U. de Harvard, lo ha llamado para que sea alumno de esa universidad( Eso es parte de la Educación que se le dió, NO CINCHAZOS ( He tenido toda clase de Satisfacciones con mi hijo desde el Pre- Kinder, se imagina? Gracias, por sus artículos, continúe enseñándonos y la Felicito Doctora Margarita
La felicito, Gladys. Creo que usted con su comentario está enseñando más que yo. Ojalá que todos tuvieran ese nivel de conciencia sobre la importancia de una adecuada forma de educar a los hijos. Como usted dice, solo hay que emplear algún que otro ratito en aprender y tomar conciencia. Desde luego, muchísimo menos tiempo y dinero del que luego hay que emplear para tratar de corregir los problemas ocasionados por una inadecuada educación. Y los resultados que se obtienen proporcionan una satisfacción y una tranquilidad inmensa e incomparable. Yo comparto su experiencia, pero usted demuestra que no es necesario ser especialista en el tema ni mucho menos; solo un poquito de interés y conciencia y fe en lo que se va a lograr. Y tampoco es necesario ser elegido por Harvard para considerar el éxito, porque eso está al alcance de muy pocos. Con tan solo que nuestros hijos fueran el día de mañana personas correctas, educadas, capacitadas, sanas y provechosas para la sociedad, sería un éxito, y esta sociedad sería tan diferente y tan bonita…
Respetable Dra. de vez en cuando leo sus interesantes articulos. me han ayudado a entender al porque de algunos de mis problemas emocionales. pero ahora me llamo la atencion el de los cinchasos. tenemos 3 muchachos,y sin pensarlo mucho,solo tengo una tan sola vez que arrepentirme,por averles pegado a cada uno. ahora son ya mayores y son personas utiles. pero,me preocupa una medio-hermana que hace poco me conto en confianza que habia desnudado a su hijo de 17,lo inco,y le propino una cinchaseada como la que nos daba la abuela. cabal como usted dice,ella se estaba desquitando su colera ante la falta de atencion que mi sobrino no le presta a ella. yo le exprese mi antipatia con lo que ella habia hecho,la invite a no volverlo a hacer,y le dije que saque paciencia a saber de donde y que platique con el joven… respondame si cree necesario,y si tiene alguna lectura que se pueda proveer seria ojala de ayuda,ya que ella dice llamarse cristiana. Por su atencion,muchas gracias.F.R.
Definitivamente estan errados, no es por la violencia, ni ira, ni arrebatos de colera, ni frustacion. La necedad esta apegada al niño y joven, y es necesario dirigir sus pasos hacia un futuro como adulto. Esta clase de disciplina ha trabajado por muchos siglos( y todavia funciona). Es una lastima que los psicologos traten de arreglar algo que no esta arruinado y que no has forma de refutarlo.
Lo peor es que si no disciplanamos a nuestros hijos con amor, la autoridad lo hara. Al menos los padres lo hacemos con amor para el bien futuro de nuestros hijos, arreglar malas actituted y cosas por el estilo; la autoridad lo hacen sin amor y solo por que es su trabajo. Pensamientos como los suyos son responsables de que nuestra juventud ande perdida en pandillas.
Gracias, F. Rodríguez; creo que su intervención ha sido muy oportuna y ojalá sea tomada en cuenta. No tengo un libro que recomendarle en estos momentos, pero le recomiendo, como ya lo hace, que use simplemente el sentido común, el que cada quién quisiera que se utilizara si estuviera del otro lado. También usted menciona un tema interesante. Bastantes personas que manifiestan una fe ciega en ciertas religiones (de diferentes ideologías) usan su religión como argumento para dar rienda suelta a rencores y venganzas difícilmente justificables racionalmente, incluso en contra de los propios hijos. Dudo que haya religión alguna que ampare eso. Suelen ser más bien racionalizaciones o interpretaciones equivocadas de algunos preceptos religiosos. Dra. Mendoza Burgos.
Gracias, Marco, tu comentario es también bienvenido. Sin embargo tengo alguna observación que hacerte. En primer lugar, observo cierta confusión y contradicción. Hablas de que si no se educa a los hijos con amor, la autoridad lo hará (sin amor, se entiende), pero al mismo tiempo sugieres una forma de educar similar a la que usaría la autoridad, es decir, violenta en alguna forma. ¿O el uso de violencia sistemática es para ti educar con amor? Eso si que no puedo compartirlo. Dices que los psicólogos tratan de arreglar algo que no está arruinado, pero al mismo tiempo sugieres que sí está arruinado («la juventud anda perdida en pandillas») ¿A qué te refieres concretamente con «disciplinar a los hijos con amor»? ¿Con violencia? Con respecto al último pensamiento que mencionas en tu comentario, te contestaré que ya hace mucho tiempo que yo también me cuestioné por qué la juventud anda perdida en pandillas y malos pasos, y por eso decidí invertir unos cuantos años de mi vida en irme al exterior para estudiar la respuesta y muchos más años aún de experiencia en poner en práctica el aprendizaje. Ojalá que a alguien le interesen
No deja de soprenderme cuánta radicalización observo en relación al tema de los cinchazos. No es solo una costumbre cultural que la razón desautoriza, sino que es una costumbre cultural que en bastantes casos tiende a perpetuarse con la indulgencia y la negación a aceptar otras formas educativas más civilizadas, simplemente porque no es lo que aprendimos desde pequeños. El mayor inconveniente para la superación de un obstáculo no es el tamaño del obstáculo en si mismo, sino el ni siquiera ser capaz de ver que hay un obstáculo, aun cuando sea obvio que uno no avanza.
Muchas gracias por este articulo Dra.. Un Cinchazo no es mas que una expresion de incapacidad de parte de un padre o una madre hacia sus hijos.
Nuevamente gracias, Stanley. Esa es la palabra, INCAPACIDAD. Ha dicho usted mucho con una sola palabra.