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MODAS PELIGROSAS

En algunos espacios anteriores se ha ofrecido una somera explicación de por qué los adolescentes suelen ser tan susceptibles de verse arrastrados por las modas de una forma radical, casi como cuestión de vida o muerte. El adolescente está aprendiendo a ser adulto; busca su propia autonomía, rompiendo paulatinamente la dependencia de sus padres en lo que a temas personales se refiere, y en particular a la imagen personal. Tienen claro la referencia que tiene que romper, pero aún no tiene criterios claros y definidos; aún no tiene claro la nueva referencia que ve a tomar. Por eso cambia constantemente de criterio; por eso prueba y prueba buscando referencias, y por eso son tan susceptibles de seguir las modas.

Una moda que en la actualidad está en su apogeo es la delgadez, especialmente entre las mujeres. La gordura, en otros tiempos símbolo de salud, ofrece hoy día motivos para ofrecer una imagen desfavorable, la cual es fomentada hasta el extremo por los intereses económicos creados en torno a los métodos de adelgazamiento.

La delgadez extrema surge como una respuesta a esta situación; los adolescentes y post-adolescentes, tan radicales en sus valoraciones, en su búsqueda de criterios convierten en una verdadera obsesión su rechazo a la gordura, situándose en el extremo opuesto, y poniendo de moda una delgadez exagerada que, a parte de salirse de lo estético, puede resultar peligrosa desde el punto de vista físico y psíquico. La persona llega a perder el sentido de la realidad sobre su propio cuerpo. No se ve como es; siempre se ve gorda, por más delgada que esté.

Al problema psicológico que ya de por sí supone la obsesión por un tema determinado, se unen otros riesgos asociados, tales como serios trastornos de la alimentación y el uso de algunas drogas, que suelen surgir como consecuencia de dicha obsesión, tratando de mantener la delgadez. Términos como “anorexia” y “bulimia”, antes casi desconocidos, hoy día son tan comunes como la misma delgadez extrema.

Los padres deben hablar con sus hijos, y especialmente con sus hijas, sobre este tema, desde la preadolescencia, orientándolos a buscar las referencias en los términos medios. No es que así vayan a ser inmunes a las modas, pero sabrán valorarlas con mejor criterio.

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