Es muy frecuente que los niños presenten algún tipo de problemas relacionados con el sueño. Los más frecuentes son: el tener pesadillas, el orinarse en la cama, el despertarse bastantes veces durante la noche, el despertarse llorando de repente, el rechinar los dientes mientras duerme, el tener dificultad para dormirse, o el tener sueño durante el día.
Algunos de ellos, especialmente los dos últimos, están relacionados con malos hábitos al acostarse, tales como la irregularidad en la hora de hacerlo, el desvelarse por jugar o ver televisión, o el dedicar el ocio a dormir en horas inoportunas. Ello tiene tan sencilla solución como establecer unos horarios para acostarse, los cuales, salvo excepciones justificadas, deberán cumplirse.
Otros problemas pueden encontrar su fundamento en la ansiedad por la separación de los padres, especialmente en cierta etapa del desarrollo, lo cual se considera normal. Para ellos, la hora de acostarse es la hora de la separación, de quedarse solos, y hacen hasta lo imposible por evitarlo. Aquí es pertinente también cierta firmeza con los horarios, pero procurando aplicarla con la máxima dulzura, acompañándolo, contándole alguna historia, dándole un beso, etc.
Otros de esos problemas pueden tener su explicación en alguna experiencia acontecimiento importante que el niño haya tenido ese día o durante esa época, bien sea en la realidad, o en la ficción (cine, TV) y que de algún modo le haya impactado. Al respecto debe evitarse que los niños observen escenas inadecuadas, especialmente en las horas anteriores a acostarse; y si no pudo evitarse, hay que dedicar un tiempo a tranquilizarle y darle algunas explicaciones.
El nacimiento de un hermanito frecuentemente provoca enuresis (orinarse en la cama) por ejemplo. Otra causa que puede provocar anomalías en el sueño de los niños son situaciones familiares insanas en las que se maneja violencia, maltrato, intriga, abandono, etc. En este caso, no se trata de un problema, sino de un síntoma de un problema familiar de mayor magnitud, que necesita otro tipo de tratamiento.
Hay otro tipo de anomalías del sueño, llamadas parasomnias, que no tienen relación con las causas señaladas anteriormente. Las más conocidas son: los terrores nocturnos, el sonambulismo, y la somniloquia o nictolalia (hablar dormido). Estos desórdenes, cuando suceden, suelen ser esporádicos y no requieren especial atención. Sin embargo, en caso de que se repitan en la misma noche, o todas o casi todas las noches por un tiempo, o si interfieren con el comportamiento durante el día, entonces se hace necesaria la consulta con el especialista.
Los terrores nocturnos se diferencian de las pesadillas en que son mucho más intensos e inexplicables. En la pesadilla el niño se acuerda de su pesadilla y luego no quiere volver a dormirse para que no se repita; en el terror nocturno el niño se despierta gritando incontroladamente, pero después se siente confundido, no sabe por qué grita, no se acuerda de nada, y se vuelve a dormir tranquilamente. En el sonambulismo, el niño camina casi como si estuviera despierto, estando, en realidad dormido. Corren el riesgo de golpearse, y se aconseja no despertarles, sino guiarles suavemente a la cama de nuevo.
Excelente artículo. Considero que como Padres deberíamos estar más pendientes de los comportamientos de nuestros hijos cuando están durmiendo. Un diagnóstico temprano del problema, permite también un solución temprana del mismo. Y recordemos que más ayuda el amor, la ternura, la comprensión y paciencia como Padres, que los regaños, los castigos o amenazas, lo cual al contrario biene a agudizar el problema.
Con respecto al terror nocturno, me pregunto es curable? es pasajero?
Recuerdo mi caso en particular, todas las noches me despertaba asustado, llorando y desorientado, me volvía a dormir, el especialista diagnosticó terror nocturno, me medicó una medicina que recuerdo venía en un frasco amarillo (si mal no recuerdo), el le dijo a mi madre que tenía que tomarla de por vida, gracias a Dios se equivocó, por que luego de unos meses abandoné el dicho tratamiento y luego de varias décadas, todavía hablo por las noches (no todas las noches, eso dicen), tengo pesadillas, etc. como cualquier otro (por lo menos eso espero).
Zpree: Claro que es curable el terror nocturno. Suele ser parte de una etapa de los niños y particularmente en su caso, que luego volvía a dormirse. El problema no tenia mucha importancia, aunque, desde luego, habría que haber tranquilizado a su madre, que debía estar muy preocupada por usted.
Importante información para los padres de familia en su artículo, por favor siga escribiendo….la felicito.