Ene
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RAZA, EDUCACION Y CULTURA

Jóvenes multiraciales

Probablemente ya he hablado de ello en alguna ocasión, y más particularmente desde que la campaña electoral y posterior elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos desatara una aparente ola de Xenofobia en Estados Unidos en contra de ciertas minorías inmigrantes. He mencionado que lo que más preocupa a los estadounidenses  a cerca de ello, es su seguridad, y en el caso latino, también la competencia que la cultura latina empieza a crearle a la norteamericana. ¿Es esto racismo?

Nos hemos acostumbrado a denominar racismo a cualquier forma de rechazo hacia una minoría, asumiendo que dicho rechazo es fundamentalmente por motivos de raza; sin embargo, creo que esto es un error. No se puede negar que existan ciertos sectores de la sociedad norteamericana que tienden a considerar a otras razas como inferiores, pero no es menos cierto que los de dichas minorías que consiguen integrarse en su cultura y su forma de vida no pueden hablar de rechazo, en general. Y eso me da que pensar, porque si se tratara de rechazo a la raza, el rechazo seguiría existiendo.

Y con respecto a la diferencia cultural, es obvio que la convivencia de diferentes culturas siempre tiende a generar algún nivel de conflicto. Sin embargo dicho conflicto solo se hace evidente cuando una cultura ignora sus límites y tiende a invadir e irrespetar a la otra. Ya he dicho que los norteamericanos, en general, no ven con malos ojos la coexistencia con otras culturas minoritarias, porque esa ha sido siempre la esencia con la que este país se ha ido construyendo, pero, lógicamente, no pueden ver con buenos ojos que su país deje de ser su país.

No podemos negar que los latinos tenemos cierta tendencia a ser invasivos y a irrespetar espacios ajenos, y eso es lo que hacemos con nuestra cultura también. Y esos son los aspectos de nuestra cultura que ellos rechazan, porque, por otro lado, ellos admiran y tratan de adoptar algunos aspectos de la misma que a ellos les resultan llamativos, como nuestra alegría y forma de divertirnos. No es la cultura en sí misma lo que ellos rechazan, sino cómo tratamos de imponerla a veces, incluso sin darnos cuenta.

Pero hay un aspecto que sí es motivo de fuerte rechazo, y que tendemos a interpretar como racismo, y es el educativo. Lamentablemente, el nivel educativo de la inmensa mayoría de los inmigrantes latinos es muy inferior al nivel educativo general del estadounidense. Las maneras y formas de desenvolverse del inmigrante latino no encajan frecuentemente en la cultura estadounidense, y ello genera rechazo; parecido rechazo al que pudiera generar dentro de nuestra propia cultura latina, solo que en ese caso asumimos y superamos el rechazo porque, a fin de cuentas, nos une la raza y la cultura.

En cambio, dentro de la cultura estadounidense, tal rechazo puede resultar insuperable porque tampoco hay elementos culturales o raciales que ayuden a la integración. ¿Y acaso no hay estadounidenses con deficiente nivel educativo? Claro que sí, aunque son menos; y en cualquier caso también generan rechazo, pero al igual que entre los latinos, dicho rechazo entre ellos se ve aliviado por tener vínculos culturales y raciales comunes. En definitiva, en la mayoría de casos que interpretamos como racismo, no es la raza o la cultura; sino la educación lo que nos separa.

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