En los blogs anteriores se ha hablado de disciplina, firmeza y flexibilidad como criterios fundamentales y complementarios en el modelo educativo familiar. Se mencionaba un cuarto, la tolerancia, como otro elemento de ese conjunto de criterios. Se ponía el ejemplo de un árbol como modelo comparativo, y cómo el viento podía mover sus ramas, pero no mover el árbol de su sitio (firmeza). Precisamente esa capacidad para encajar el empuje del viento, flexionando sus ramas, pero sin desplazarse, es la tolerancia del árbol al empuje del viento. Si las ramas fuesen inflexibles, no admitiesen una tolerancia y permanecieran rígidas, el viento podría quebrarlas.
En la educación de los hijos, hay unos criterios generales básicos que son como el tronco del árbol; hay unas normas generales, que son como las ramas principales del árbol; hay algunas normas más específicas que dependen de las generales, como las ramas secundarias del árbol dependen de las principales; y todavía hay normas más concretas, como ramitas más pequeñas en el árbol. Los hijos a veces empujan como el viento. Pese a que las normas responden a unos principios básicos de relación familiar, el ser permanentemente estrictos y rígidos en su cumplimiento puede provocar cierta asfixia psicológica, sensación de falta de libertad y clara disconformidad con el modelo educativo, y el responsable de ello será quien estableció unas normas que sólo perseguían un bien.
Por ello, tolerancia en la educación es la capacidad para pasar por alto algunas veces el incumplimiento de alguna norma o de algún acuerdo; o para obviar, a veces, algunas normas sin menoscabo de la firmeza, conscientes de que ello no significa que ya no existan, sino que simplemente se trata de paréntesis que sirven como válvulas de escape, y que permiten seguir aceptando la disciplina con una actitud positiva. Es como tomarse un respiro cuando se hace un esfuerzo.
Como las ramas del árbol, y al igual que sucedía con la flexibilidad, las normas más concretas y específicas son las que permiten mayor tolerancia, las más generales, menos; mientras que los criterios básicos, es decir, el tronco, a penas permiten tolerancia. Y también al igual que la flexibilidad, la tolerancia tiene unos límites; aplicándose en la medida adecuada, oxigena la relación familiar, pero el exceso de tolerancia tiende a deformar el modelo educativo y conduce al fracaso. Tan perjudicial es la excesiva tolerancia como la intolerancia.
Cuando se es tolerante debe quedar claro que no se está siendo débil, sino solo tolerante, que no es lo mismo. Es decir, debe quedar claro que si las cosas no han sido como debían es algo excepcional, no habitual, y que lo habitual debe seguir siendo el cumplimiento de las normas. Castigar siempre es ser rígido; no castigar nunca o casi nunca es ser débil. Ser tolerante es no castigar la primera vez, o no hacerlo cuando el incumplimiento es excepcional, pero sí hacerlo cuando empieza a ser habitual. Además, el grado de tolerancia debería ser parejo para todos los miembros de la familia, empezando por uno mismo como padre o madre.
He leido su articulo de la tolerancia, creo que mi pregunta se sale un poco de su contexto pero siempre en relacion con la definicion de la tolerancia, como El Salvdor tiene su nivel de tolerancia a los cambios que suceden en todas partes del mundo en diferentes grupos sociales como la homosexualidad esta el pais listo para un cambio a la tolerancia, porque en un articulo de este periodico donde usted tiene su blog lei de ese tema que casi es algo como una moda en el pais no es algo nuevo sino que se ha destapado y que dicen es mas visible cada dia, no porque yo lo he visto sino porque como lo comento anteriormente lo lei, solo es una curiosidad porque he leido en unos sitios de amistades en el internet que hablan de ese temas y son personas que pertenecen a ese grupo de esa clase de oreintacion sexual, gracias por leer mi comentario que es mas pregunta no se si usted le interesa contestar un tema de esa magnitud.Gracias
El tema de la homosexualidad es a nivel mundial. Creo que hay dos factores que coinciden en ello. Uno es que las tendencias homosexuales en bastantes personas, en unas más que en otras, han existido siempre, pero casi siempre han estado reprimidas por la intolerancia social hacia ellas, como escondidas en «el closet». Actualmente se está consiguiendo romper esa barrera, y ahora tendrá que ser la intolerancia la que se esconda en el closet. El segundo factor es que hay muchas personas que aun teniendo una orientación heterosexual, lo que no tienen son referencias claras, criterios, personalidad, carácter… y se dejan llevar por la corriente hacia donde vaya ésta. Actúan según lo hagan otros, y tienen experiencias homosexuales porque pareciera estar de moda.
Dr. Margarita:
Gracias por tan buen comentario y exelente aplicacion sobre la tolerancia. Mi pegunta es; Por que no ser tolerantes a la lectura de la Bilbia en las escuelas, si es algo positivo?
René, usted puede pensar que es positivo porque esa es su fe, quizá yo también y otras personas, pero no es la fe de todas las personas. Usted, su fe ¿la ha elegido o se la han impuesto? ¿No le parece bonito poder elegir? La fe se elige, no se puede imponer. Si usted impone una determinada fe está siendo intolerante con todas las demás, incluso con el ateismo, que también tiene derecho a tener su espacio. Precisamente la forma de ser tolerantes con todas es no imponer o priorizar ninguna, para que sean los propios ciudadanos los que elijan. Así lo garantiza nuestra constitución. ¿No le parece? Piense que hay países, algunos islámicos por ejemplo, donde la fe es impuesta, y supongo que lo hacen porque piensan que es positivo, pero ¿Qué le parecería a usted que le impongan esa fe cuando usted tiene otra, que para usted es la positiva? Cuál es realmente «la más positiva»?