Cada vez es más frecuente leer y escuchar sobre los vínculos traumáticos. A pesar de no ser un término nuevo, últimamente ha irrumpido en la sociedad para instalarse en los temas de conversación. Se trata de fenómeno que ocurre en relaciones donde una persona experimenta un ciclo de abuso y afecto intermitente.
Se forma entre dos personas en las cuales una de ellas sufre constantes idas y vueltas entre el buen trato y el malo. Esa intermitencia justamente hace que quien lo sufra no pueda desengancharse tan fácilmente, ya que en determinado momento el maltratador recupera su encanto inicial. Si bien lo más normal es que los vínculos traumáticos se den en una relación de pareja, pueden ocurrir entre miembros de la familia, jefes, empleados e incluso amigos.
Este vínculo, que en inglés se llama «trauma bonding», se basa en varios mecanismos psicológicos, como la disonancia cognitiva, la dependencia emocional y el síndrome de Estocolmo. A veces es difícil desde adentro darse cuenta de que es víctima de una relación así, por lo cual es importante percatarse de las banderas rojas o los signos de alerta de que algo no está bien.
La teoría del vínculo traumático la desarrollaron en 1981 los doctores Donald Dutton y Susan Painter con base en la experiencia y los estudios realizados con mujeres víctimas de relaciones abusivas. Observaron que en este tipo de uniones se generaban unos vínculos muy poderosos; y pudieron constatar también que dichos vínculos se desarrollaban a partir de dos características específicas y esenciales de la relación abusiva: a) Desequilibrio de poder; b) Intermitencia del abuso.
Las consecuencias de un vínculo traumático son graves y duraderas. Las víctimas suelen experimentar baja autoestima, ansiedad, depresión y síntomas de trastorno de estrés postraumático. Por eso es necesario ser abiertos y aceptar consejos de quienes los rodean. A este nivel suelen ser los de afuera los que pueden ver y tratar de ayudar.
La recuperación de un vínculo traumático es un proceso complejo que requiere tiempo y apoyo profesional. También son importantes las terapias de grupo para ver las opiniones de otros y a través de ellos descubrir que otros les está pasando lo mismo. Por supuesto que hay señales, banderas rojas y otro tipo de alerta, pero en temas sentimentales ya sabemos que el que ama es ciego, sordo y mudo. Al final, el amor enturbia la razón.