La Zooterapia es una metodología terapéutica basada en la interacción entre seres humanos y animales. En este encuentro animal-persona se genera un ambiente relajado de contacto interactivo con la naturaleza que establece un marco ideal para que se puedan alcanzar resultados terapéuticos positivos.
Es aplicable a personas de cualquier edad, así como a una enorme variedad de patologías, tanto físicas como psíquicas, pero es particularmente interesante su aplicación a patologías psíquicas y conductuales en los niños.
La experiencia ha demostrado que la terapia con animales es especialmente eficaz en niños autistas, ya que a través de la interacción con ellos estos niños aprenden más fácilmente a expresar afecto y emociones, y, en definitiva, encuentran más fácilmente el vínculo con su entorno. Pero no sólo es aplicable a niños autistas; la zooterapia también es útil para tratar en los niños el estrés y la ansiedad, trastornos de conducta, agresividad, impulsividad, depresión, entre otros.
Por ello, la zooterapia se presenta como un muy buen complemento de los tratamientos psíquicos tradicionales, y aunque es un tratamiento muy completo por sí mismo, los efectos positivos de todos los tipos de terapia que un paciente recibe se potencian recíprocamente en algunos aspectos, y en otros se complementan, con lo que se acortan los plazos en la obtención de resultados.
El tipo de animal a utilizar dependerá de la aplicación específica. Los animales normalmente utilizados para la zooterapia son los caballos, los delfines, los gatos, y, sobre todo, los perros, por ser los que poseen las mejores condiciones para desarrollar las actividades de la Zooterapia, casi para cualquier tipo de aplicación, y así lograr óptimos resultados. El perro es un animal ideal debido a sus características de incondicionalidad, fidelidad, nobleza, facilidad para aprender y fundamentalmente por el cariño que brinda.
A los perros que trabajan en Zooterapia los llamamos Coterapeutas. La mayoría de perros pueden desempeñar el rol de Coterapeuta, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos necesarios para llevarlo a cabo. No es necesario que el perro sea de pura raza, pero se debe asegurar que sea tranquilo, previsible, y que esté sometido a un riguroso control sanitario.
En Estados Unidos y en Europa existen numerosos programas y centros especializados en zooterapia. En Latinoamérica, Colombia es, probablemente, el país más adelantado en estas técnicas. En El Salvador prácticamente aún no se aplican, a excepción, en todo caso, de alguna aislada iniciativa privada.
En lo particular, en algunos casos yo he utilizado un pequeño perrito chihuahua, con muy buenos resultados; lastimosamente, lo hago en menos casos de los que desearía, debido a que requiero de la autorización de los padres, y en la población aún es mayor el temor que la confianza en estas técnicas.