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SALUD MENTAL

La frase latina ‘Mens sana in corpore sano’ (mente sana en cuerpo sano), repetida hasta el hartazgo en los círculos deportivos, podría ponerse en entredicho en estos días donde varios atletas de alto rendimiento han manifestado ser víctimas de la salud mental. Hace poco fue la tenista japonesa Naomí Osaka, quien decidió retirarse del torneo de Roland Garros precisamente por ese motivo. Y recientemente, con aún más repercusión por darse en medio de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, la gimnasta estadounidense Simone Biles -ganadora de cuatro oros en Río 2016- abandonó momentáneamente la competencia por algo que ella llamó “una crisis de salud mental”. 

Si bien es algo de lo que se viene hablando bastante últimamente, estos dos casos tan mediáticos elevaron al tema a un escenario de debate donde nunca antes había llegado. Por supuesto, una cosa es disfrutar corriendo todas las mañanas para mantenerse activo, hacer una rutina de natación o jugar al tenis con amigos y otra, muy diferente, es ser deportista profesional y estar sometido a altos niveles de presión que pueden hacer estallar cualquier cabeza.      

Esto, que en algún momento podría haberse manejado como presunción, ya está debidamente comprobado por varios estudios. Uno de ellos es el de la Universidad de Toronto, en el cual se desprende que los atletas de élite experimentan desafíos de salud mental como depresión, ansiedad y trastornos alimentarios con mucha más frecuencia de lo que la mayoría de la gente cree.

Según la investigación, hasta el 41,4% de los atletas del equipo nacional canadiense, los que entrenaban para los Juegos Olímpicos Tokio 2020, cumplían con los criterios de corte propuestos por el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-5) para la depresión, la ansiedad o trastorno alimentario. Además, un 31,7% de los atletas informaron síntomas de depresión, el 18,8% tuvo síntomas de ansiedad general moderada (12,9%) a grave (5,9%) y el 8,6% puntuaciones que implicaban un alto riesgo de trastorno alimentario.

Otro dato curioso: el estudio reveló que los atletas que habían llegado al equipo olímpico tenían más síntomas de depresión antes de los Juegos. «Escuchamos mucho sobre la depresión post olímpica, pero no he visto ninguna investigación sobre la salud mental antes de los Juegos Olímpicos», dice Zoe Poucher, estudiante graduada de la Facultad de Kinesiología y Educación Física (KPE) y autora de la investigación. 

Es cierto que la inmensa mayoría de los atletas, sobre todo los de élite, trabajan el tema mental con sus psicólogos y es una parte importante de la preparación, pero a veces ni eso es suficiente. Y en muchos casos, son pocos los casos que salen a la luz por confesiones tan abiertas como las de Osaka y Biles. Por lo general se esconden o se admiten mucho tiempo después, cuando ya han superado ese trance. 

Incluso en Tokio 2020 hubo más casos, lo que pasa es que no se hicieron públicos. Jessica Bartley, psicóloga a cargo de la salud mental de los equipo olímpico estadounidense, lo dijo a la revista Time: “durante los Juegos recibía alrededor de 10 solicitudes diarias concernientes a ese tema de parte de los atletas”.

Biles recibió mucho apoyo de sus colegas deportistas. Sin embargo, fue muy controversial la declaración del tenista serbio Novak Djokovic. “La presión es un privilegio”, dijo. Y luego, hablando específicamente de Biles, agregó: “Si su objetivo es estar en la cima del juego, es mejor que comience a aprender cómo lidiar con la presión y cómo lidiar con esos momentos, en la cancha pero también fuera de la cancha”.

Paradójicamente, Djokovic tampoco supo cómo actuar en un momento de suma tensión cuando se le escapaba la medalla de bronce en un juego contra el español Pablo Carreño Busta. Solo atinó a descargar toda su furia contra su raqueta, en una acción muy criticada. 

Definitivamente, los Juegos Olímpicos Tokio 2020 marcarán un antes y un después en el tema de la salud mental. Ya no será simplemente un acto de debilidad confesarlo, sino más bien un síntoma de valentía. El problema siempre estuvo ahí, ahora lo que consiguió es una exposición global.  

LIC. CLAUDIO MARTINEZ

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