1- Ahora que vivimos en este país más grande, con muchos tipos de gente, diferentes razas y costumbres, nuestros hijos se extrañan y no saben cómo actuar y qué les espera en este país.
2- En clases se habla de temas como ser binarios, homosexuales o lesbianas, pero también sobre razas y costumbres y cómo no debemos ver a nadie de menos por ser diferentes.
3- A la hora de acostarnos, les leí esta historia de un lugar donde al principio de todo los seres humanos eran diferentes en colores, costumbres, necesidades sexuales, al igual que los
animalitos. Todos se aceptaban entre ellos pues tenían en común el corazón, que sirve para amar sin condiciones ni diferencias.
4- Ellos preguntaron por qué esas personas eran así. ¿Era porque querían o les habían educado diferente? También preguntaron por las razas y las diferentes costumbres y por qué en nuestro país más pequeño no se miraban estas diferencias.
5- Les expliqué que en un lugar más pequeño, o menos tolerante, a veces era difícil manifestarse como realmente se desearía sin ser criticados, censurados y hasta atacados. Ellos entendieron perfectamente y me di cuenta lo fácil que es para los padres educar a sus hijos en la aceptación y respeto, pues sus mentes son abiertas, flexibles y bondadosas si les educamos en ello.
6- Que contentos quedaron de darse cuenta que el amor nos hace iguales a todos y que la vida puede ser mejor si usamos el corazón para juzgar.