Continuando con la educación de nuestros hijos para que sean «hombres y mujeres de bien», felices, y nos den menos problemas al ir creciendo, es muy importante darle sentido a nuestras negativas (la de los padres y madres). La palabra «NO» debe ser llenada de contenido y significado, y es en las primeras etapas de la vida que debemos llevarlo a cabo. ¿Como? Pues usándola solamente cuando sea necesario, imprescindible y cuando ustedes mismos estén seguros que la negativa es absoluta.
Las casas deben estar preparadas para ello. ¿Como? Pues quite adornos y cosas peligrosas del espacio donde el niño va a circular, ponga una tablita en la puerta de cocina, indicando que en ese área no se puede circular. Su casa tal vez lucirá menos elegante y/o bonita, pero esto le evitara muchos dolores de cabeza en el futuro, porque a partir de estas pequeñas modificaciones ustedes deben empezar a tratar y dejar circular al niño con libertad hasta que efectivamente exista algo que no debe tocar y allí dirán «NO», quitarán el objeto, y aunque haga tremendo berrinche no se lo darán otra vez.
Si llora, pero está cambiado, comido, le han sacado gases, pensarán «No debo levantarlo», y lo dejarán en la cuna. Si lo van a ver, lo acariciarán, verán que todo está bien y lo dejarán en su cuna. A medida que usen el «NO» o la negativa de esta manera, ustedes mismos irán aprendiendo a darle significado a los límites, ya que el niño instintivamente irá desarrollándose más adecuadamente para evitar las negativas y cuando se le digan, entenderá que debe obedecer. ¿Cuántas veces observamos a padres y familiares negar algo, seguido de un gesto gracioso, llanto, o lo que sea de parte del niño, y todos los adultos ríen o se sienten piadosos y dan al niño lo que deseaba? Pues de esta manera estará usted haciendo a sus hijos rebeldes, sin límites e inseguros. ¿Por qué? Eso se lo explicaré en el próximo artículo.