Cuando nuestros hijos nacen, tenemos muy claro que habrá que alimentarlos , enviarlos a estudiar, pero pocos nos planteamos que hay que integrarlos en una sociedad (guardería, kinder, escuela, trabajo, amistades) en la cual deben de saber como interactuar para ser aceptados y, a la vez, disfrutar de la interacción con los demás. Si acostumbramos a nuestros hijos a sentirse el centro del universo y actuar de acuerdo a ello, estaremos proporcionando a la sociedad individuos egoístas, que no aceptan ser criticados ni cuando la critica es constructiva y bien intencionada.

Serán niños que creerán que todos deben quererlos porque si, y no admitirán que ellos son un integrante mas de un espacio en el cual deben observar reglas, indicaciones, negativas, etc etc. Serán seres que no entienden que no todo lo que hacen no es una gracia a celebrar. No entenderán que deben esforzarse por obtener halagos y estos no vendrán simplemente por ser el niño o la niña bonita de sus padres. Serán seres que empiezan a tener problemas con compañeros, profesores, jefes, y que no entienden por qué a veces los padres insisten en el error diciendoles «no sé porque otros no te aceptan si sos tan lindo, tan bueno; seguro que te tienen envidia y/o les caes mal».

De alguna manera, y tristemente, es la forma de educar que caracteriza bastante nuestra cultura y es causa de muchos sinsabores y dificultades sociales. Al llegar al trabajo muchas personas piensan que están en su casa, y no han aprendido ni a tocar una puerta que está cerrada para pedir permiso de pasar adelante. O no se dan cuenta que no pueden comer cada vez que les da hambre, o dormir cada vez que tienen sueño, pues hay unos horarios para llevarlo a cabo. O se quejan de sentirse aburridos o solos mientras realizan cualquier actividad, y para quienes no existe la responsabilidad contraída y abandonan a la primera de cambio, el trabajo, o la escuela, o la familia. Personas que toman el trabajo o la escuela como un lugar adonde llegar a halar de lo que deseo’ y no un lugar adonde voy a cumplir un objetivo previamente elegido y aceptado.

Señores padres de familia, recordemos que vivimos en un mundo competitivo y globalizado, que cada vez existen mas personas preparadas y competentes que están dispuestas a hacer las cosas de una manera adecuada y que nuestros hijos pueden perder muchas oportunidades si desde que nacen no los criamos y preparamos para integrarse.