Las relaciones interpersonales son un aspecto muy complejo dentro de la sociabilización y más aún cuando estas se llevan a cabo entre personas de diferente sexo, debido a que en nuestras sociedades se educa de forma diferente a niños y niñas desde pequeños. Muchas veces no se siguen pautas claras y transparentes, o bien unos malinterpretan las intenciones del otro. Actualmente, y debido a que a las mujeres formamos parte de prácticamente todos los espacios que antes eran dominio masculino, esta diferencia educativa hace que se creen situaciones confusas e inconvenientes.
Si el hombre o la mujer tiene una actitud muy educada y galante, la persona objeto de la misma y los que las rodean pueden hacer interpretaciones equivocadas y empezar a comentar que esta persona tiene otro tipo de interés en la otra. A la larga estas interpretaciones van minando la relación tanto de los implicados como de los que les rodean y lamentablemente esto sucede bastante más frecuente de lo deseado. Cada vez es más necesario educar a hombres y mujeres para la inteacción mutua sincera y sin malicia. También debe hacerse hincapié en la importancia de respetar los estatus de parejas, y no «aparentar algo que no se es» como suelen hacer quienes esconden sus compromisos.
Otros espacios donde estas «confusiones» empiezan a hacer mella son las redes sociales; ya que es frecuente enterarse de personas casadas que se han sentido ofendidas y han reaccionado ofendiendo a su vez a los amigos o amigas de sus parejas. Algo que me ha llamado la atención, y sobre todo en el sexo femenino, es que las personas ofendidas no reaccionan en contra de su propia pareja sino sobre la contraparte, cuando al menos debería haber responsabilidad compartida, ya que el intercambio es mutuo. También he observado (más en el caso de los hombres) que no especifican su estado de pareja, y suelen buscar amistades del sexo opuesto sin tomar en cuenta que para ser «amigos» la sexualidad no es relevante, a menos que la búsqueda lleve otra intención más allá de la amistosa.
Dicho esto y cuando las situaciones equivocas se dan y nos sentimos agraviados, recordemos que para que se den dichas situaciones debe haber dos partes involucradas y ambas son igualmente responsables. El culpar solo a uno de los involucrados solo fomentará la impunidad, la falta de sinceridad en la otra parte, y el incremento de este tipo de «delitos éticos», por llamarlos de alguna forma, ya que la parte que queda impune sentirá libertad de seguir provocando situaciones similares, mientras la pareja, como parte ofendida, se dedica a ajustar cuentas con desconocidos(as), como hacía Don Quijote con los molinos de viento. Abran sus ojos y eviten caer en esas trampas.