Indudablemente, el apego a los animales, así como a las plantas, es una expresión del vínculo entre el hombre y la naturaleza en la que ha sido creado. Para los niños, es evidente que todo animal de compañía es centro de atención. Es fácil observar cómo éstos se acercan inevitablemente a un perro en el parque. Las ganas de jugar de los animales, su afecto incondicional o su propia actitud hacia los humanos los hacen irresistibles para los niños, para quienes el animal, además de ser un vínculo de integración a la naturaleza, se convierte en un buen compañero de juego, y en un amigo. […]