
Definitivamente, de los valores espirituales universales, como el amor, la verdad, la rectitud, la paz, el sentido de la responsabilidad, el esfuerzo, la superación, etc. ninguno de ellos se enseña fundamentalmente con lecciones o con sermones, sino con el ejemplo en la convivencia; se aprenden viviéndolos; pero sobre todos ellos, el amor. El amor es una necesidad inherente al ser humano, y no se enseña; simplemente se vive, y sólo se aprende viviéndolo. […]